Prensa ABAE. – La Administración Espacial Nacional de China ha informado que el módulo de aterrizaje lunar Chang’e-6 logró un hito histórico al aterrizar exitosamente en la cara oculta de la Luna el pasado domingo, en la cuenca del Polo Sur-Aitken. Este lugar, un cráter formado hace aproximadamente 4.000 millones de años, es crucial para los estudios científicos debido a su antigüedad y composición geológica única. La misión tuvo como objetivo principal recoger hasta 2 kg de polvo lunar y rocas de la superficie.
La misión Chang’e-6, compuesta por un orbitador, un módulo de aterrizaje, un módulo de ascenso y un módulo de reentrada, orbitó la Luna durante unos 20 días antes del descenso. Con el módulo de aterrizaje en posición, la sonda utilizó un taladro y un brazo robótico para recolectar muestras hasta una profundidad de 2,5 metros del regolito lunar.
Proceso de recolección y retorno
Chang’e-6 pasó dos días en la cara oculta de la Luna, dedicando 14 horas a la recolección de muestras. Una vez recogidas, las muestras fueron almacenadas robóticamente en el vehículo de ascenso, que despegó con éxito a las 23:38 UTC del 3 de junio y regresó a la órbita lunar, donde se acopló con el módulo de reentrada. Durante este proceso, se realizó un innovador acoplamiento denominado «apretón de manos» y «abrazo», una maniobra de 21 segundos que fue crucial para el éxito de la misión.
Impresionantes imágenes y vídeos
La misión también capturó impresionantes imágenes y vídeos de la cara oculta de la Luna. Entre los destacados se encuentra el despliegue de la bandera de China por la sonda Chang’e-6, así como la operación del taladro y el brazo robótico en pleno funcionamiento. Las imágenes en alta definición revelaron detalles sorprendentes de la superficie lunar, proporcionando valiosa información para los científicos.
Regreso a la Tierra
Actualmente, la cápsula de reentrada y el módulo están en su trayecto de regreso a la Tierra. Tras el acoplamiento exitoso y la transferencia de muestras, la cápsula se separará del módulo en la órbita terrestre y está programada para aterrizar en Mongolia Interior. Este regreso marcará la culminación de una misión técnicamente compleja y científicamente significativa.
La complejidad técnica de esta misión se vio incrementada por la ubicación de la cara oculta de la Luna, fuera del alcance de las comunicaciones directas con la Tierra. Para superar este desafío, Chang’e-6 dependió del satélite Queqiao-2, en órbita lunar desde marzo, que actuó como relé de comunicaciones.
La Administración Espacial Nacional de China destacó el éxito de la misión y el avance significativo que representa para la exploración espacial china. Las muestras recogidas serán fundamentales para el estudio de la Luna y para futuras misiones de exploración espacial.