Prensa ABAE.- Venezuela alcanzó un hito histórico en su desarrollo espacial el 29 de octubre de 2008, cuando puso en órbita su primer satélite de comunicaciones, el Simón Bolívar (VENESAT-1), desde el Centro Espacial Xichang, en la provincia de Sichuan, República Popular China. Esta hazaña fue posible gracias a la visión transformadora del presidente Hugo Chávez Frías.
El VENESAT-1, con una vida útil calculada de quince años, operó desde una órbita geoestacionaria a 35.784,04 kilómetros de altura sobre la Tierra, siendo controlado desde la Estación Terrena de Control Satelital (ETCS Baemari) en el estado Guárico, Venezuela, hasta el 25 de marzo de 2020, cuando culminó sus servicios.
Como satélite de telecomunicaciones, su función principal permitió conectar a más de diez millones de venezolanos con servicios de telefonía, televisión, telemedicina y teleeducación, extendiendo además su apoyo a otros países de América Latina.
Inicios del Programa Espacial VENESAT-1
El programa espacial se inició formalmente el 1 de noviembre de 2005 en Caracas, con la firma del acuerdo internacional entre Venezuela y la República Popular China. Este convenio abarcó la construcción y lanzamiento del satélite Simón Bolívar, la instalación de estaciones de control terrestres y la capacitación de profesionales en el sector espacial.
Impulsado por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, el Programa Espacial VeneSat-1 marcó un hito al ser el primer satélite de comunicaciones manejado y controlado por personal venezolano.
Impacto estratégico y tecnológico
El Dr. Lenin Luna, ingeniero aeroespacial de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), destaca la importancia histórica del lanzamiento: «Bajo la visión estratégica y geopolítica del Comandante Hugo Chávez, este logro permitió a Venezuela emanciparse de la dependencia en servicios internacionales de comunicación y reforzar su capacidad de decidir su propio destino en el área tecnológica».
Luna señala que el impacto del satélite trascendió el ámbito técnico, facilitando la integración y la inclusión social al expandir el acceso a la comunicación en zonas rurales y remotas del país, además de potenciar la transmisión de datos para servicios esenciales. «A nivel geopolítico, convirtió a Venezuela en un actor relevante en el ámbito espacial de América Latina, consolidando la capacidad del país para proyectarse y colaborar en esta área estratégica de manera autónoma y soberana», añadió.
Operación y servicios del VENESAT-1
Yohalys Alagares, ingeniera en informática adscrita a la Unidad de Segmento Terreno del Subsistema de Antenas de la Dirección de Sistemas Espaciales (DSE), formó parte del equipo de operadores satelitales del VENESAT-1. Su función principal consistía en asegurar el correcto funcionamiento de los equipos terrestres y del satélite en órbita, solventando fallas en el sistema y realizando las reparaciones necesarias para mantener la continuidad de las operaciones satelitales.
«Garantizar las operaciones durante las 24 horas del día, los 365 días del año, para prestar un buen servicio al cliente o comunidad en general», explicó Alagares.
La ingeniera destaca que el satélite Simón Bolívar prestaba servicios de telefonía, radio, televisión e internet satelital, principalmente en zonas remotas o fronterizas donde no era factible instalar sistemas de cableado. «Gracias al Satélite Simón Bolívar se pudo implementar el uso de la telemedicina y teleeducación en zonas remotas contribuyendo con la implementación de estas modalidades para salvar vidas y garantizar la educación en las escuelas», concluyó.