
Prensa ABAE. — Este 8 de junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos, bajo el lema «Maravillas oceánicas: sostener lo que nos sustenta», una efeméride proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) desde 2008 para sensibilizar sobre la importancia de preservar estos ecosistemas esenciales para la vida en el planeta.
El evento, coordinado por la División de Asuntos Oceánicos y del Derecho del Mar de la Oficina de Asuntos Jurídicos (DOALOS), en colaboración con Oceanic Global, impulsa acciones globales para la protección de los océanos. En este contexto, se celebrará también la Conferencia de los Océanos 2025 en Niza, Francia, entre el 9 y el 13 de junio, como espacio clave para que gobiernos, científicos y ciudadanos refuercen compromisos frente a la emergencia climática y la degradación ambiental.
Observación satelital para monitorear los océanos
La Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), participa activamente en la protección del medio marino a través de tecnologías de percepción remota, que permiten observar, medir y analizar variables oceánicas mediante el uso de imágenes satelitales.
A partir de los datos obtenidos por los satélites venezolanos Miranda (VRSS-1) y Sucre (VRSS-2), la ABAE ha generado productos científicos de gran valor para comprender las dinámicas oceánicas, evaluar impactos ambientales y apoyar la toma de decisiones de las autoridades nacionales e internacionales.
Josías Mollegas, operador satelital adscrito a la Unidad de Segmento Terreno (UST) de la Dirección de Sistemas Espaciales (DSE) en la Estación Terrena de Control Satelital Baemari, explicó que el satélite Sucre está equipado con cámaras de alta resolución (HRC) e infrarroja (IRC), lo que permite obtener información detallada sobre cuerpos de agua.
«Tiene la capacidad de detectar características específicas del agua por su reflectancia. Es decir, mediante la teledetección se pueden controlar los niveles de contaminación, sus cambios, el estado de la clorofila, la temperatura acuática, la radiación y la calidad del agua», precisó.
Tecnología espacial aplicada a la conservación marina
Gracias a la observación satelital, se pueden detectar derrames de hidrocarburos y evaluar su impacto en la fauna marina, como ocurrió en el caso del desastre ambiental en la Isla Mauricio en 2020, o durante la erupción volcánica de San Vicente y las Granadinas en 2021.
Las cámaras del VRSS-2 permiten analizar la geografía e hidrología oceánica, identificar floraciones de algas y evaluar cambios inducidos por la contaminación global. Esta capacidad de diagnóstico es fundamental para activar medidas de respuesta rápida ante emergencias ambientales.
Mollegas, ingeniero en Telecomunicaciones, subrayó el esfuerzo técnico que realiza el personal especializado de la ABAE, en coordinación con el Mincyt, para transformar la información satelital en imágenes procesadas de alta precisión. «Se abordan situaciones relacionadas con la floración de algas, su identificación y el análisis para la resolución de problemas en su nivel de clorofila. Cuando se registran derrames petroleros, la ABAE forma parte de la Carta Internacional: El Espacio y los Grandes Desastres (CHARTER), para la detección de desastres como inundaciones, tsunamis, deslaves e incendios», afirmó.
Asimismo, resaltó que mediante técnicas de teledetección se pueden identificar niveles de radiación y otras propiedades del agua marina. «En Venezuela, estos productos se han obtenido a través del satélite Miranda y actualmente con el satélite Sucre, generando información clave para entender el estado de nuestros ecosistemas acuáticos», señaló.
Compromiso con la protección de los océanos
La ABAE continúa consolidando su rol como institución científica estratégica en el uso de la tecnología espacial al servicio del medio ambiente. A través de su infraestructura, capacidades técnicas y talento humano, aporta datos y productos satelitales que permiten estudiar fenómenos marinos con precisión, facilitando acciones preventivas, correctivas y de conservación.
Este 8 de junio, la Agencia reafirma su compromiso con la defensa de la soberanía científica y ambiental de la nación, y su contribución a los esfuerzos globales para preservar los océanos, fuente esencial de vida, biodiversidad y equilibrio climático para el planeta.