
Prensa ABAE. — El 28 de septiembre de 2012, Venezuela puso en órbita su primer satélite de percepción remota Miranda (VRSS-1) desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en China, a bordo del cohete Larga Marcha CZ-2D. Esta misión espacial, enmarcada en la cooperación bilateral con la República Popular China, representó la materialización de la visión estratégica del Comandante Hugo Chávez para consolidar las capacidades tecnológicas venezolanas en el sector espacial.
Con el lanzamiento del VRSS-1, segundo satélite venezolano en órbita tras el Simón Bolívar (VENESAT-1), el país adquirió la capacidad autónoma de gestionar información geoespacial estratégica sin dependencia de terceros. Esta infraestructura espacial garantizó un avance significativo hacia la independencia tecnológica nacional, fortaleciendo la toma de decisiones soberanas en áreas críticas para el desarrollo.
Un hito en la soberanía tecnológica nacional
El satélite Miranda superó ampliamente su vida útil estimada de cinco años, manteniéndose operativo hasta 2023 y generando aproximadamente 658.717 imágenes satelitales de alta resolución. Estos datos proporcionaron respuestas estratégicas en diversas áreas del territorio nacional, contribuyendo significativamente al desarrollo económico, la gestión de recursos naturales, la planificación urbana, la atención de desastres y el fortalecimiento de la seguridad y defensa.
El Teniente Coronel José Gregorio Araujo Martínez, Director de Sistemas Espaciales de la Estación Terrena de Control Satelital (ETCS) de la ABAE, ubicada en la Base Aeroespacial Capitán Manuel Ríos (BAEMARI), en el estado Guárico, destacó que el satélite Miranda simboliza un hito fundamental en la construcción de la soberanía tecnológica venezolana.
«Su función principal fue la captura de datos espaciales. Las imágenes satelitales y los productos de valor agregado se convirtieron en un recurso estratégico para la gestión de recursos naturales, la planificación urbana, la atención y mitigación de desastres, así como para la investigación, el desarrollo, la seguridad y la defensa. En todos estos ámbitos, constituyeron una herramienta tecnológica clave para la toma de decisiones de alto nivel», explicó.
Transferencia tecnológica y formación profesional
Araujo Martínez precisó que el proyecto del satélite Miranda facilitó la transferencia tecnológica y el intercambio de conocimientos en cooperación con China. La participación de profesionales venezolanos en todas las fases del proyecto resultó en la formación especializada de técnicos e investigadores en sistemas de percepción remota.
«Actualmente, estos profesionales constituyen la base fundamental en la formación de nuevas generaciones de estudiantes universitarios y técnicos en todo el país, adaptándose al ritmo de los avances tecnológicos del sector espacial. Por ello, su formación y capacitación permanente resultan esenciales para fortalecer el desarrollo científico, tecnológico e investigativo en el ámbito espacial, impulsando así el crecimiento sostenido de Venezuela en esta área estratégica», subrayó.
Aplicaciones estratégicas de los datos geoespaciales
El ingeniero Gerson Contreras, Operador Satelital del Subsistema de Seguimiento y Recepción de Datos Crudos (TDRS) de la Unidad de Segmento Terreno de la ETCS Baemari, explicó que las imágenes captadas por el VRSS-1 generaron una valiosa base de datos geoespaciales para múltiples aplicaciones estratégicas.
«Se dispone de una base de datos estratégica que proporciona a la Nación herramientas informativas esenciales para optimizar el aprovechamiento de los recursos naturales, fortalecer la gestión urbana y agrícola, atender con eficacia situaciones de desastre, y garantizar la seguridad y defensa de la Nación», indicó.
La Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales mantiene su compromiso con el desarrollo de la ciencia y tecnología espacial venezolana, consolidando las capacidades nacionales para el beneficio estratégico del país y el bienestar de su población.